Carta publicada en La Nueva España - Edición digital
Al diputado Albano Longo, al
caballero de Foro
24 de Marzo del 2015 - Jesús Alonso Penelas (Vegadeo)
Estimado Diputado:
Hace apenas unas horas que finalizo esta IX Legislatura del Parlamento
asturiano, de la cual usted tuvo el honor de formar parte, en un principio como
gobierno, el cual por avatares del destino duro poco tiempo, después formando
parte de la oposición.
Hoy quiero dirigirme públicamente a usted, para dejar constancia de mi
agradecimiento personal, no solo como parlamentario, sino también como persona.
El azar como usted bien sabe, tuvo la dicha de que nos conociéramos aun sin
saber lo que ocurría muchos meses después, fue en aquel mitin de Vegadeo, al
cual me habían invitado los miembros de la candidatura local, con alguno de los
cuales me une no solo un trato de vecindad, sino también de amistad personal.
Hoy quiero recordar que fue mi padre el que me dijo, ¿que vas hacer cuando
cierres a la ocho? vamos escuchar lo que nos cuentan los de Cascos.
Quien mi iba decir a mí, que tras aquella coincidencia en el mes de mayo de
2011, muchos meses después, pasaría usted a ser un apoyo fundamental, al tiempo
que imprescindible de mi lucha.
Recuerdo aquella tarde del 1 de julio de 2013, cuando recién llegado de la
consulta del HUCA, donde me habían confirmado la denegación por tercera vez del
tratamiento para mi padre, y sin saber muy bien qué hacer, me puse a recabar
información en la redes sociales sobre la intervención de un diputado de Foro
en el mes de abril, en base a la denegación de los tratamientos oncológicos,
entonces apareció ante mí el nombre de Albano Longo. No se me ocurrió otra cosa
que llamar a Hortensia Araujo, concejal de Foro en el Ayuntamiento de Vegadeo,
en pocos minutos, ya tenía una respuesta por su parte, diciendo que me atendería
cuando quisiera, así fue.
Al día siguiente, tras registra la denuncia dirigida al Consejero de
Sanidad en el HUCA, y entregar una copia a los médicos que atendían a mi padre,
me fui a la sede el Parlamento Asturiano, solicitando audiencia con todos los grupos,
a todas las puertas que llame fui recibido, eso gracias también a la
casualidad, y haber contactado con un buen introductor de embajadores, que como
bien sabe me ayudo en este cometido y en algún otro.
En aquella primer reunión, donde nos acompañaba a la mesa otra persona de
UPyD, a la cual hoy también deseo agradecer su colaboración, charlamos sobre el
motivo de mi visita, una primera toma de contacto, que dio sus frutos después
de un arduo trabajo por su parte el 12 de septiembre de 2013, cuando por fin,
pudo llevar de nuevo al Pleno de la Junta la denegación del fármaco, pero esta
vez la avalada con los datos de un paciente. Para mí fue toda una experiencia,
aunque debo de reconocer, que esta primera vez estuve algo perdido, pero el
tiempo, la paciencia, su constancia y mi tozudez, nos permitieron continuar
caminando juntos.
Así que la escena del pleno y la interpelación sobre la denegación de los
tratamientos oncologicos, se volvió a repetir nueve meses después, un autentico
embarazo, como bien reseño aquel 12 de junio de 2014, pero para entonces, yo
era más conocedor del terreno que pisaba, pero sobre todo, había logrado
recabar mucha más información. Para mí la reunión en su despacho un par de
horas antes, donde contrastamos datos, e incluso me permitió opinar sobre el
contenido del texto de su comparecencia, al cual aporte mi punto de vista, es
algo difícil de olvidar, aquel día algunas de las palabras que usted pronuncio
en la tribuna de oradores, tenían para mí un valor especial, pues eran mis argumentos,
a los cuales usted puso voz, era lo que yo pensaba y no solo eso, aquel día
juntos pudimos ver al contrincante, que no enemigo derrotado, lo habíamos
cogido con el pie cambiado, cuando le mostró el dossier de mi denuncia ante la
Defensora del Pueblo. También recuerdo su llamada minutos después de finalizar
el Pleno para animarme, porque le habían dicho sus compañeros que había salido
muy indignado, ante el comportamiento mezquino, arrogante y miserable de los
representantes de los otros grupos del Parlamentarios.
Se puede decir que esta IX Legislatura del Parlamento, la viví muy de
cerca, como hasta ahora nunca lo había hecho, pero había motivos para que así
fuera. Seguí sus pasos semana a semana, comprobando que a mi modo de ver,
cumplió con su obligación como diputado en la oposición, que no es otra que la
de ejercer el control al gobierno, y habiendo realizado lo que en el futbol se
conoce como marcaje al hombre, en este caso al consejero Faustino Blanco, y
logro usted que el rival no pudiera irse de su férreo marcaje en ningún
momento.
En su última comparecencia en la Junta General, volvió a demostrar su
corrección parlamentaria pese a quien pese, la cual quisieran para sí otros
muchos, al advertir al Consejero de Sanidad, que él para usted siempre fue un
adversario político, y que nunca lo vio como su enemigo, cosa que el señor
Blanco, no tengo claro que lo tuviera a usted en igual consideración.
Pero nada como dejar constancia de su proceder, en el que era posiblemente
su último PJG. Así que en su última intervención, no quiso dejar la oportunidad
de despedirse, quizás de muchas cosas, pero sobre todo, de un nefasto consejero
de sanidad. Por eso que con su permiso, voy a reproducir sus últimas palabras,
las cuales dirigió a su adversario político Faustino Blanco González, que no a
su enemigo político.
Y mire señor Faustino Blanco, puede que sea hoy nuestro último debate
parlamentario, y quiero que sepa que pese a la multitud de veces que nos hemos
enfrentado en este Parlamento, estoy seguro que en todo momento tanto usted
como yo, defendimos lo que considerábamos que era lo mejor para el sistema de
salud de todos los asturianos, tanto pacientes, como profesionales, y que ambos
hemos actuado en honor a nuestra verdad, sin embargo, nuestras discrepancias
han sido manifiestas, lo que indica al menos una cosa, que uno de los dos
estábamos equivocados, espero señor Consejero no haber sido yo quien haya
estado desacertado.
Muchas gracias.
Muchas gracias señor Longo por su trabajo, por su insistencia y por haberme
permitido conocer lo que significa tener razón en política, pero que el
surrealismo que la envuelve nos haya obligado a los dos, más a usted que a mí,
a quedarnos con las ganas de obtener en algunas ocasiones el beneficio que
solicitábamos, no para nosotros, si no para el resto de la sociedad. Esperemos
que los que vengan detrás sean capaces de conjugar la dignidad, el sentido
común y de la responsabilidad, como usted lo hizo, para así poder por lo menos
igualar la altura de listón, el cual deja usted muy alto.
No sé si es un adiós temporal, o es un hasta siempre, de cualquiera de las
dos formas que haya usted elegido, se lleva consigo mi agradecimiento y afecto
personal, y sé que no soy el único, pues en el mundo de la sanidad pública, son
muchos los que le están igualmente agradecidos, por su trabajo, lucha y
entrega.
Gracias como diputado, gracias como persona, gracias amigo Longo.
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